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La lipodistrofia es una de las consecuencias que más preocupa a las personas que viven con VIH, ya que puede revelar visualmente su condición de portadores del virus e interceder negativamente en su vida laboral y personal. La comunidad científica hace todos los esfuerzos posibles para que los tratamientos conlleven lo menos posible a este efecto secundario. Sin embargo, se trata de un problema con una difícil solución. La palabra lipodistrofia es una combinación de dos palabras “lipo” que significa grasa y “distrofia” que significa cambio o crecimiento anormal. Inicialmente todo apuntaba a que era causa-efecto de los fármacos (inhibidores de la proteasa), sin embargo, el virus perse es capaz de producirlo. Se han presentado varias hipótesis que van desde una relación con la señalización de la célula dependiente del ácido retinoico; la genómica de las mitocondrias o la toxicidad bioquímica; los efectos de las citocinas; el restablecimiento del sistema inmunitario y otras. Se caracteriza por alteraciones de la distribución de la grasa corporal y en el metabolismo de las grasas y los carbohidratos.Existen factores de riesgo relacionados con el paciente: (edad y sexo), con la infección por VIH: (estadío clínico, nivel de CD4 y carga viral y duración de la infección) y con el tratamiento: (duración del tratamiento, respuesta inmunológica y virológica y tipos de fármacos. En sentido general, el tratamiento para la lipodistrofia tiene 5 componentes que son: la dieta, los ejercicios, los medicamentos hipolipemiantes e hipoglicemiantes, los medicamentos anabólicos y la cirugía plástica).